La naturaleza nos ha brindado una gran variedad de ingredientes con los cuales podemos solucionar muchos de nuestros problemas de salud y belleza, uno de estos es el “Té verde”, su alto contenido en vitaminas C y E, lo convierte en un antioxidante natural por excelencia para nuestro bienestar cutáneo.

El té verde es capaz de rejuvenecer las células de la piel que están al final de su ciclo de vida, contribuyendo a retardar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas. Es también un tónico natural con el que se puede alcanzar una limpieza total de la piel, eliminando todo tipo impurezas.

Igualmente, el té verde es rico en vitamina B., la cual es responsable de mantener nuestro cutis humectado porque retienen la humedad en la capa superior de la piel. Las personas que tienen deficiencia de esta vitamina, son propensas a padecer de piel seca, dermatitis o acné. Su contenido de cafeína, lo convierte en un ingrediente ideal para despejar las ojeras, reavivar y alegrar la piel, rejuveneciendo el cutis haciendolo lucir fresco, luminoso y vivo.

Su contenido en flavonoides, ayudan a mejorar la circulación de la piel y a facilitar el oxigeno, lo cual se traduce en mayor firmeza, elasticidad e hidratación. De ahí, que el té verde es muy utilizado en numerosos productos de cosmética y belleza.

Otra de las propiedades del té verde es que contiene agentes anti- inflamatorios y anti-bacterianos, que ayudan a reducir las inflamaciones e irritaciones, así como también a erradicar impurezas y acabar con las bacterias que afectan nuestra piel. Es uno de los tratamientos más utilizados para rejuvenecer el rostro, limpiarlo y acabar con espinillas, poros abiertos, granitos y el exceso de grasa.

Modo de empleo: Aplicar en la zona a tratar sobre la piel limpia. Dejar actuar durante 15-20 minutos y retirar la mascarilla con abundante agua.