Es ideal para pieles normales, mixtas, sensibles, secas y deshidratadas; en primer lugar porque contiene propiedades hidratantes además de limpiadoras y no reseca ni aporta grasa, como ocurre con algunos geles limpiadores.  Además arrastra no tan solo el maquillaje, también todas las impurezas acumuladas durante el día.

Existen muchas pieles deshidratadas, secas, o no identificadas, es decir, hay muchas mujeres que, por tener grasa en la zona T., se empeñan en calificar su piel como grasa, y puede que no lo sean y que la estén sensibilizando en exceso con el uso de productos limpiadores o desmaquillantes no adecuados para su tipo de piel. La leche desmaquillante es la  limpiadora puede ser clave para solucionar ese problema.

Modo de empleo: Se recomienda retirar primero el maquillaje de ojos con un aceite de uso facial, o un jabón artesanal con ingredientes naturales. Luego iniciar la acción de limpieza con discos de algodón humedecidos o una gasa médica, impregnándolos y pasándolos con suavidad con movimientos circulares por todo el contorno facial, cuello y escote.  Es conveniente hacer este proceso dos veces: una para arrastrar al máximo el maquillaje y otra para retirar restos y terminar de limpiar.  Se recomienda el uso del tónico facial, después de la limpieza para equilibrar el PH de la piel y cerrar los poros abiertos, entre otras bondades que provee.