El tratamiento con fango, es una técnica milenaria que tiene sus orígenes en el Antiguo Egipto y ha conquistado adeptos todo a lo largo de la Historia. Se utilizaba como sedante natural, ya que aplicado en el vientre ayudaba a desinflamar las vísceras y calmar las dolencias del sistema digestivo.

Fue uno de los primeros tratamientos de belleza de las mujeres egipcias, que aprovechaban el efecto revitalizador que provoca en la piel. Debido a la gran variedad de minerales que lo componen, el barro puede ser un bálsamo para nuestra piel. El magnesio, por ejemplo, es el encargado de aportar vigor a la piel, mejorando la elasticidad y la tonicidad. En tanto, el silicio, el cobre y el zinc favorecen la producción de colágeno y elastina.

El tratamiento con fango 0 barro es un buen método para desintoxicar el cuerpo, mientras está húmedo absorbe las toxinas del cuerpo y tiene un poder descongestivo que se extiende no sólo a la piel sino también a los órganos del sistema digestivo, mejorando el metabolismo. Además, aplicar el lodo frío en el cuerpo activa la circulación, lo que favorece el drenaje linfático y combate la celulitis. Este efecto es mayor si la terapia es acompañada por masajes.

Las mascarillas faciales de lodo propician el rejuvenecimiento de la piel, ya que promueven la circulación y la remoción de células muertas, la suciedad y las toxinas para revelar una piel fresca y suave. Reduce los poros abiertos, absorbe el exceso de grasa y estimula la microcirculación sanguínea, además de mejorar la textura de la piel. 

El fango es un producto natural que equilibra el PH de la piel, por lo que los tratamientos son recomendados tanto para tratar el acné, los poros inflamados y el exceso de grasitud en el cutis como la resequedad.

Recomendada para todo tipo de pieles, especialmente aquellas: 

• Con falta de luminosidad y vitalidad. 
• Fatigadas, apagadas, mates y desvitalizadas.
• Envejecidas, estresadas y de fumadores.

Modo de empleo: Aplicar en la zona a tratar sobre la piel limpia. Dejar actuar durante 15-20 minutos y retirar la mascarilla con abundante agua. Puedes incluirla en tu rutina de cuidado y belleza para uso en casa o de cabina.